viernes, 30 de septiembre de 2011

Estrellas

La luz que entraba por la ventana iluminaba mis pasos entre los muebles mustios de la sala, hacía poco más de 5 años había abandonado la casa de mis padres para vivir sola en un pequeño departamento, el trabajo de ese entonces era sumamente pesado y con trabajos me permitía vivir holgadamente, pero deseaba vivir la vida como mejor me pareciese, sin las ataduras de mis padres y sin los miedos de mis hermanas menores.

Logré estabilizarme al año de vivir al día, después de que me ascendieron, logré una tranquilidad o al menos eso pensaban quienes me veían visitar a mis padres cada 15 días.

A finales del segundo año, te conocí, una belleza autónoma de toda regla, independiente en todo el sentido de la palabra, acababas de terminar con una relación de tres años y no parecías sufrir por ello, al contrario mostrabas una tranquilidad envidiable, tomabas a sorbos el café capuchino que habías pedido y saboreabas el cigarro mentolado que también habías  solicitado…yo a unas mesas de la tuya te observaba, distraídamente me levanté para estirar las piernas y observarte desde otro ángulo, pero por donde te viera, lo único que podía pensar es que la perfección era tu principal cualidad.

Fue hasta la tercera vez que te vi cuando me atreví a hablarte, demasiado tarde, pues venías con compañía. Él era típico galán por el cual todas las chicas darían la mitad de su vida, con tal que la mitad que les quedará estuvieran con él.

Venían tomados de la mano, sonriendo y platicando, me quedé helado ante la escena, no esperaba que tan pronto encontrarás otro partido y mucho menos que fuera tan ‘buen’ partido. Cuando reparé nuevamente en tu compañero, me pude percatar que se trataba de un ex-compañero de la universidad, la situación iba a mi favor o al menos eso quise pensar.

Al levantarme de la mesa, pasé cerca de la suya y fingiendo no verte, actué como si reconociera a penas al fulano que te acompañaba, nos saludamos e intercambiamos números telefónico, sí, a través de él llegaría a ti. No te me escaparías, tú te convertirías en la dueña y señora de todo cuanto poseo, tú serías la madre de mis hijos, pero sobre todas las cosas, tú serías la mujer de mi vida, la única con el poder para gobernar en mi vida y corazón. Por la cual moriría.

111

lunes, 26 de septiembre de 2011

Miles de pendientes, trabajo, tareas, labores, familia, novio, tesis, música...¿música?

Hace algún tiempo que no escribo en el blog...bueno no taaaanto, pero de alguna manera lo dejé más abandonado que el  año pasado. Las causas son las mismas de siempre más otras tantas que hace un año no tenía y si tenía las ignoraba olímpicamente.
Las cosas últimamente han tomado su curso, cada situación ha sido resuelta de forma positiva y si no ha sido así, bueno pues al menos no ha sido para mal. 
He concluido con la universidad ¡por fin!, después de los tres años que perdí antes de ingresar a la UACM, que en donde curiosamente terminé en 4 años la licenciatura, así que en realidad no soy tan 'tonta' como lo creí cuando ingresé a ella.
Hace 4 años empezaba a ver qué era ser universitaria o al menos a regresar a ese tipo de vida, retomar los cuadernos y los lápices...bueno en realidad los bolígrafos, con la novedad de laaaaargas horas de lectura y reflexión con respecto a estas lecturas, cosa que no recuerdo haber hecho desde la secundaría, supongo que por ello en la media superior me fue de la patada.
En este tiempo en la UACM me pasaron muchas cosas, en su mayoría sumamente agradables, otras tantas que deberé dejar atrás para ser mejor persona y no preocuparme por terceros que no merecen la pena. Estoy sumamente agradecida con todas las personas con las que crucé palabras, clases, momentos y demás detalles, aprendí mucho de ustedes.
¡Bueno bueno bueno, luego redacto mi carta póstuma o algo por el estilo! Ahora lo que me interesa comentarles es que no estoy 'morida' estaba de servicio social, próximamente subiré la siguiente parte del fanfic de Harry Potter, proyecto que vengo haciéndolo desde hace poco más de 3 años, pero por diversas razones y demás alucines no he podido concretar, además debo de buscar los archivos entre diversos papeles *literal* estoy buscando entre los papeles que llevo guardando desde la vocacional y que en estos días dirán Bye bye Neko-sama!!, así es, le daré cuello a todos esos cuadernos y libros de la media superior, entre las hojas de estos cuadernos se van infinidad de hermosos recuerdos, es decir, DIBUJOS, que espero rescatar.
Así que si ven medio abandonado el blog...(como mucho que me leen) estaré lo más pronto posible por acá, al menos deseo proponerme los viernes para poder subir nuevas entradas.
Sin más me despido, ahí nos vemos y...ahm...*pensando si se me olvida algo*
Neko parlando con Kero xD

domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo 1 Las cenizas del pasado (parte 1)

Capítulo 1 Las cenizas del pasado.
El viento se tomaba libertades con su larga cabellera negra, destellos azules se podían distinguir entre los hilos negros que se arremolinaban frente suyo. El sepulcro blanco era muy poco familiar en ese paisaje donde hace algunos años se había visto envuelta en tremenda disputa entre sus compañeros de diferentes casas y en la cual tuvo que intervenir ante la injusticia cometida en contra de quien consideró uno de sus mejores amigos.
Aun recordaba esa tarde a inicios de verano cuando peleo a duelo con uno de los mejores buscadores que pudo haber tenido la casa de Gryffindor, pero ella, la perfecta y buscadora de la Ravenclaw no se podía quedar atrás…al menos hasta que llegó la profesora McGonagall y fue castigada junto con los demás participantes. En ese entonces no solía dejarse suelto su cabello, antes bien se lo trenzaba para que no le estorbara en las clases de herbologia o en pociones, mas nunca por vanidad, era raro verla con el cabello al viento, salvo en su ‘hogar’ y en vacaciones, pues era cuando simplemente se dedicaba a devorarse libro tras libro.
Su infancia pasó tranquila, sus padres fueron dos excelentes magos, salvo que se unieron al lado equivocado: fueron mortífagos, lo que les garantizó una celda en Azkaban, donde murieron poco después o al menos eso fue lo que escuchó decir al profesor Dumbledore cuando fue a buscarla para ofrecerle una plaza en Hogwarts, sus tíos aceptaron gustosos que ella fuera, nunca la trataron mal y siempre la trataron como otro miembro de su familia, pero ella de alguna manera no se sentía que era parte de ese lugar.
Al llegar a Hogwarts cambio ese sentimiento, se sentía sumamente feliz en el castillo, se esforzó al máximo cuando fue puesta en la casa de Ravenclaw, pues diferencia de sus padres ella fue elegida para la casa del águila. Nunca se esforzó por saber más de sus padres, antes bien decidió enterrar el pasado y ella misma escribir su propia historia, tal vez el antecedente de sus padres la perseguiría, pero ella se encargaría de reescribir la historia de su familia, y no hablarían de su apellido como impulsores de Voldemort, sino por ella: Yoruishi Black
Si, se trataba de otra Black, y no supo de que se trataba hasta haber llegado al 3er. Año en Hogwarts, en donde pudo distinguir a un muchacho de extraña elegancia y sorprendente inteligencia, su nombre era Sirius Black y era el mejor amigo del nuevo buscado de Gryffindor, lo que más le llamó la atención fueron sus ojos color gris, tenían un peculiar brillo que la desconcertaba y perturbaba, pues le recordaba sorprendentemente a un chico que la había ayudado cuando tenía 6 años, en ese entonces se había perdido en el camino de regreso a casa, empezó a llorar y cuando tenía un rato así, la sobra de alguien interrumpió su llanto, alzó el rostro y se encontró frente a frente con un gris asombroso…era lo único que recordaba.
Cada vez que se lo encontraba en los pasillos del castillo solía darle la vuelta, trataba siempre de evitar a ese grupito de amigos en particular, hasta que fue prácticamente imposible, las clases juntos eran cada vez más frecuentes y al ser elegida como buscadora de Ravenclaw, menos aun, pues al finalizar o al ir a algún entrenamiento siempre se los encontraban. Curiosamente él actuaba como si no se diera cuenta de las cosas, tal vez porque siempre había un grupito de alumnas observándolo expectantes o simplemente no se encontraba interesado en las chicas, aun.
Mientras iba recordando lo anterior, se fue acercando poco a poco al sepulcro blanco, como dándole la bienvenida. Recordándole la misión y promesas que había realizado a quien en esos momentos, sus restos reposaban en él.
Continuará…
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