viernes, 27 de febrero de 2015

Viento en febrero

Tenemos poco más de 2 años de relación, más de 10 años de conocernos desde la preparatoria; cuando coincidimos en el salón de Dibujo II nunca nos pasó por la mente que terminaríamos juntos, antes bien, dimos por sentado que seríamos eternos enemigos, de esas relaciones que no se debían de dar.
Los años pasaron, la media superior nos hizo trabajar en equipo en más de una ocasión y así la concluimos, la carrera nos separé, tú para derecho, yo para diseño; nunca más nos volvimos a encontrar... hasta hace 3 años, en una librería de viejos, tú buscando una novela y yo buscando inspiración: el verte rodeada de libros, tomando uno tras otro, leyendo contraportadas, abriendo tomos, absorta en tu mundo; no te percataste de mi llegada, supe que eras tú, esa mirada emocionada que te caracterizaba desde la media superior no había logrado borrar los desvelos, las lagrimas, los problemas que te habías enfrentado.
Llegué casual a tu lado, como buscando un libro, no te percataste de mi presencia hasta que tus dedos "toparon" con los míos, al dirigir tu mirada de desconfianza supe que no quería separarme de ti, nunca más aceptaría estar lejos de ti.
-¿Rebeca?- pregunté
-...sí- dudaste
-Soy yo, Amelia, Ame...-empecé nerviosa, debía de elegir bien las palabras, no quería arruinar lo que yo quería empezar- De la Prepa... ¿Colegio San Agustín?- Sonrío como si quisiera contagiarte.
Me observas desconfiada, recorriendo mi rostro y poco a poco el cuerpo, típico de ti, parecen siglos los que pasan cuando en realidad son segundos, procesas la información y me regresas la sonrisa, no recordaba lo bien que te veías sonriendo.
-¿Ame?... ¿en verdad eres tú?- dejas los libros en la estantería y me abrazas, como nunca antes me habían abrazado- ¡qué sorpresa encontrarte! ¿cómo has estado?- sueltas de repente.
Me tranquiliza saber que no eres del todo la misma que conocí en la preparatoria, de otra forma me habrías ignorado.
-Bien-contesto- estaba dando una vuelta por acá, para distraerme, el estar encerrada en casa es agotador o al menos para mi ¿y tú? ¿cómo te pintó la vida?- respondí de la forma más casual que fui capaz de hacer.
-¿Vives cerca de aquí?-la emoción en tus ojos emociona mi corazón
-Así es, a dos cuadras sobre esta misma calle, tengo mi departamento.
-Vives en una zona muy bonita, te envidio, en donde vivo no hay nada de árboles o parques, si a caso lo único verde que veo es mi cactus- empiezas.
Sopeso el impulso de invitarte a mi departamento, cuando recuerdo que está hecho un desastre desde la última crisis de "inspiración" que tuve, por tal motivo opto por invitarte un café y saber que más ha pasado en tu vida.
-Que mal... ¿te late si vamos a tomar un café o tienes planes?- inicio, con cierto miedo a que me digas que no.
-Claro, sólo deja pago estas novelas y vamos ¿hay algún café que recomiendes por la zona?- sonríes alegre.
-Si, mi vecina tiene un local cerca de esta librería, la atienden ella y su hermano, tienen empleados, pero prácticamente es un negocio familiar.
Espero afuera del loca, ansiosa, demasiado ansiosa como para disimularlo, tengo el impulso de salir corriendo, calmar los nervios, pero no puedo, no después de que tuve el "valor" de invitarte un café, observo a ambos lados de la calle, es una hermosa tarde de febrero, hay viento, despeina los árboles, también tiene libertades con mi cabello, las personas pasan ajenas al terremoto que siento en mi interior.
-¡Listo!- escucho detrás de mi- y bien... ¿venias a buscar algo en especial?- preguntas casual.
"A ti" deseo responder-No, solamente paso a esta librería porque luego encuentras alguna que otra joya olvidada por descuido- definitivamente hago referencia a ti con esta alegoría.
Seguimos caminando, poco más de tres minutos y entramos a la cafetería en la que me encuentro en estos momentos recordando cómo nos reencontramos, pedimos dos cafés americanos y hablamos durante horas...

jueves, 19 de febrero de 2015

Fluir, dejar "ser" el cambio...

El cambio...

¿Bueno, malo, aterrador, retador, emocionante, hilarante...?

Sí, todos hemos tenido que pasar por cambios y quienes los han sufrido en demasía, los describen como "una fuerte sacudida" y es así, debemos de sacudir, mover, sacar, acomodar y dejar espacio para que cosas nuevas entren a nuestras vidas. Debo de aceptar que soy de las "negadoras del cambio" de las que se paniquean en el momento en que se ponen a "pensar" en lo que conlleva un cambio "inevitable" en su vida.
     Pero a lo largo del tiempo me he dado cuenta que de nada sirve agobiarse por cosas que aún no han pasado y que nada nos garantiza que pasaran (o no) sin duda la incertidumbre al futuro al qué pasará es de las dudas que más genera angustia y miedo en las personas, unas más que otras; he aprendido que a lo largo de la vida, si continuas con ese miedo a lo que pasará, sumando los pensamientos negativos (que suelen acompañar al miedo) terminas existiendo, más nunca viviendo, no disfrutas de la compañía de los tuyos por el miedo a perderles (o al menos así me pasa con mis padres) a la mala aprendes, o al menos eso considero.
     Considero que hay diferentes formas de tomar el miedo, de conocerle y proceder ante él:
  • Los cambios que puedan ser considerados para mal, esos que generan más males que bienestar nos llevan a movernos más rápido, a no caer en la famosa "zona de confort", a buscar el bienestar y con ello generas un cambio. Así que propiamente no es un cambio para mal, es a modo de "tocar fondo" y darte cuenta que las cosas están mal, pero que depende de ti cambiar para bien, originar de ese cambio, algo bueno.
  • Cambios que son repentinos y que obligan a actuar de rápido, por instinto; ser capaces de solucionar cualquier tipo de imprevisto que genere este cambio, de esos que te impulsan fuera de tus terrenos, a probar cosas nuevas, al ensayo-error.
  • Los cambios para bien, en los cuales las cosas se van acomodando poco a poco y genera resultados positivos, pero que si te confías demasiado te quedas estancando en tu zona de confort y es ahí cuando debes de empezar de nuevo a buscar el cambio, a construir tu propio camino y hacer las cosas de forma diferente para generar resultados diferentes y así llegar a tu meta, porque sí, el punto aquí es que tengas un punto al cual llegar.
     Y así podemos seguir, como la vida misma, como la existencia del humano, infinidad de cambios, lo que los "generaliza" es la resistencia que sienten la mayoría de las personas, pues enfrentarse a lo desconocido no es precisamente lo más agradable, salir de lo "seguro" es casi considerado como un "acto suicida", lanzarte a la aventura de lo nuevo, se requiere mucho valor (desde mi perspectiva) dejar de lado el bienestar que tienes por conseguir algo "más" y es ahí dónde radica la ambición y el deseo de la persona para salir adelante, de qué estás dispuesto a "ofrecer" para obtener algo, abandonar, dejar ir "eso", soltar el miedo a perder para ganar.
     Es un proceso que me ha llevado bastante tiempo, pues ni yo misma me había hecho consiente que lo había iniciado, sino fue hace poco tiempo que empecé a "soltar" cosas, dejar que las situaciones fluyan, debo de aceptar que no ha sido fácil, pues estamos hablando que en ese proceso, debo de dejar pequeños detalles que son parte de mi personalidad, de mi carácter, de mi esencia, y es esa esencia que deseo dejar fluir... recordando: SOLTAR EL MIEDO A PERDER PARA GANAR.
 
 

miércoles, 4 de febrero de 2015

¿Siempre sí o siempre no?

Dicen los que saben que nunca debes de tomar una decisión permanente en sentimientos temporales o lo que es lo mesmo piensa y actúa con la cabeza fría (¡Ay ajá!) hasta creen que las personas podemos hacer eso, bueno... al menos yo no suelo hacerlo, tiendo a ser muy impulsiva y algo, sólo algo desesperadita, lo normal -sarcasmo- pero ¿Qué pasa cuando las cosas te cansan y no encuentras la forma de hacer entender al otro las cosas que se encanijan? Ok, la respuesta más sabia es: platiquen, lleguen a un acuerdo, planteen sus inquietudes, en otras palabras, negocien... ¡ajá! hasta ahí puede que vayamos bien en el proceso, pero si para platicar debes de esperar hasta dentro de 6 días, o que si bien pueden "hablar" vía telefónica la otra parte se escuda en mil y un pretextos... ¿Qué haces?  Nos esperamos con el coraje atravesado una semana, explotando con el primer cristiano que te encuentras en el camino, se te pasa el coraje y al llegar el 6to día todo sigue igual de color de rosa y maripositas todas jotas...
Creo que lo que resta es respirar profundo.
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