El tiempo ha pasado desde nuestro último encuentro, algunos de ustedes se han olvidado de mi, otros tantos siguen sus vidas procurando recordándome una vez al mes o menos, pero el estilo de vida que han elegido no les permiten ver más allá de la neblina urbana, más allá del miedo cotidiano, más allá de la cortina de humo.
No puedo afirmar que se olvidaron completamente de mi, pero me han dejado arrumbada en el rincón de los cachivaches.
Las cosas no pueden pintar mejor, la desesperación se apodera de las calles y ustedes huyen de ella, buscando refugio en banalidades materiales, en cosas costosas y con ello alimentan más y más a la desesperación.
¿Desean saber quien soy?…simplemente miren al cielo, escuchen el latir de su corazón y siéntanme…soy su fe, soy su luz, soy su esperanza, soy su fuerza de voluntad, soy su inocencia, soy…tú.
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