Últimamente me ha gustado por levantar el rostro y observar con detenimiento el cielo, es una actividad que ya no realizaba desde que me encontraba en la secundaría…por diversas causas y motivos dejé de creer en lo que creía cuando tenía 13 ó 14 años, las circunstancias te cambian y generan en ti diversas actitudes que creíste externas a tu persona, pero que te obligan a sacarlas.
Actualmente puedo aceptar que tengo actitudes un poco más infantiles que en los últimos 10 años, el miedo se apodera de mis pensamiento continuamente y despierto sobresaltada como si se tratase de pesadillas que me acosaban cuando tenía 8 años y la única a mi lado era mi abuela, de la cual me abrazaba y volvía a quedarme dormida…ahora no tengo a alguien a mi lado, me debo de conformar con abrazar la almohada y pensar que se trata de mi Maleca …pues ¿cómo es posible que un mastodonte como yo de 26 años le llame a su madre para que la abrace y espere a que me quede dormida?, lo he llegado a hacer cuando la enfermedad está cabrona y me hace ver a mi abuela parada frente a mi, con esa mirada que siempre me dedicaba cada vez en siempre, es cuando me doy cuenta que algo no va bien en mi cabeza y decido cerrar los ojos y despedirme de esa visión y hablarle a la mujer autora de mis días.
Sí , a eso me refiero, he dejado de creer en lo que antes creía, las cosas se van acomodando para que tú vayas tomando tu propia posición y así logres seguir con tu camino, pero el cielo sigue ahí mismo, sin inmutarse, sigue esperando a que nos dignemos a mirar hacía arriba y lo disfrutemos, lo degustemos y lo admiremos.
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