Entre mariposas, bruma y alas.

El amarte siempre fue mi mayor tesoro, siempre a tu lado podía ver las cosas de diferente manera, la luz que radiabas era lo que hacia más hermosa la vida, nuestras platicas nocturnas en las cuales discutíamos sobre mil temas y nada a la vez...los planes que teníamos a corto plazo: vivir juntas, posteriormente casarnos y forma una familia, gritar a los 4 vientos que eramos dos mujeres que nos amábamos, que aceptábamos los defectos y virtudes de la otra...demostrar que de verdad nos amábamos y no por la fiebre de los derechos de la comunidad lesbico-gay, nosotras íbamos más allá de los estereotipos que marcaba la sociedad, ambas eramos dos mujeres hermosas, muy femeninas, nadie podría creer la relación que teníamos...hasta ese día...cuando llegó la noticia a la oficina que un accidente había ocurrido en el aeropuerto, tú ese día regresabas de Alemania, de haber ido a firmar un convenio con la empresa más importante del medio, no bien habían terminado de comunicarnos el percance cuando yo salí disparada hacia el elevador, dejando en mi escritorio el oficio a medio firmar, olvide la elegancia con la cual te había enamorado, deje de lado la calma con la cual todos me identificaban, lo que me importaba era llegar al lugar del accidente, deseaba saber que te encontrabas bien, deseaba escuchar tu risa cantarina burlándote de mi preocupación, pero al llegar a mi automovil el celular sonó, temblando lo saqué como pude de mi bolsa, era nuestro jefe, quien muy seguiramente ya estaba al tanto de nuestra relación, pero siewmpre se mantiuvo al margen:


Eugenia, tranquila, ¿dónde te encuentras? fue lo que escuché decir...mi corazón estaba a punto de salir de mi pecho.


En el estacionamiento de la empresa, señor. Alcancé a contestar después de abrir la portezuela del Accord modelo 20XX


Te pido de favor regreses a la oficina, comprendo el porqué saliste rápido, pero me acaba de llegar una información que deseo corroborar contigo. Fue su contestación...es que acaso no entendía lo desesperada que me sentía, quería saber si tú te encontrabas bien, los asuntos de la empresa podía esperar...podían esperar...


Lo lamento señor Alvear, pero necesito salir urgentemente... no bien había terminado la idea cuando la voz sería y gruesa de nuestro jefe me detuvo


Eugenia, escúchame, comprendo que deseas en estos momentos aparecerte en el aeropuerto, pero debido a la magnitud del evento, te será dificil si quiera acercarte, acordonaron la zona y...y...lamento ser yo quien te diga esto, pero quiero que te quedes aquí. Ya mandé por ti a Jorge y a Patricio, necesito que regreses con ellos. Mientras escuchaba esto, vi como del elevador salían disparados mis compañeros de piso, dando largas zancadas alcanzaron mi auto y me pidieron que saliera de él. 


No pude evitar el gritar como histérica, debía de estar segura que te encontrabas bien, porqué tanta insistencia de retenerme, el negocio podía esperar.
Me tomaron de los brazos y casi a rastras me llevaron ante el señor Alvear, cuando llegamos a nuestro piso, me di cuenta de las miradas de miedo y preocupación de mis compañeros, algunos desviaban la mirada cuando los miraba...no se atrevían a verme a los ojos...algo iba mal...muy mal, una vez dentro de al oficina del Dr. Fernando Alvear  me ofreció un vaso de whisky y cerraba la puerta de su oficina.


Eugenia, sabes que cuentas conmigo para todo y que en estos años que hemos podido gozar de tu presencia siempre has contado con todo el apoyo del personal...en esta ocasión no es la excepción...como te dije anteriormente, lamento ser yo quien te dé esta noticia, pero es necesario... empezó a decir el hombre quien con confió ciegamente su empresa.


Fer...por favor...dime lo que me tienes que decir...debo de ir a buscar a Isabella...ella...ella...le respondí


Está bien, Isabella no te estará esperando en el aeropuerto...la pista donde explotó la bomba era la pista donde se encontraba su avión...no bien habían descendido sobre la pista cuando ocurrió el accidente, parece ser que fue el avión donde se inició todo y por lo que comentan...no hay sobrevivientes...


De eso ya hace un mes, recuerdo vagamente que pasó después...hay escenas de tu funeral, tus padres llorando desconsoladamente y yo a su lado, con lagrimas silenciosas, ellos sabía que eramos amigas muy unidas...pero no sabía que nuestra relación iba más allá de una amistad fuerte, en realidad lo nuestro fue un sueño que nunca volveré a tener. Nuestros compañeros me acompañaron cerca de dos semanas a casa, incluso el Sr. Alvear me mandó más trabajo y me mandaba a muchos lados, considero que tal vez pensó que así me mantendría ocupada y sin pensar en cosas extrañas...

...pero hoy es diferente, hoy es sábado, hoy descansé y estoy sola en esta habitación en la cual muchas veces dormimos abrazadas...quiero dormir sin despertar, quiero recordarte...QUIERO estar a tu lado...*se escucha un disparo*