Han pasado algunos años...¿no crees?

Han pasado cerca de 8 años desde que compartimos por última vez una clase juntos, siempre bromeando, riendo y sin tomar en serio la vida...o al menos no tan en serio.

Las cosas se dieron como se debieron de dar, al  menos eso me ha quedado claro a últimas fechas, no podemos cambiar el pasado y mucho menos lo que somos de eso, las platicas entre clases o por el messenger se quedaron en eso, en platicas, nunca se formalizó ni se consolidó, se quedó en un "tal vez pudo ser", situación que siempre me generó molestia y frustración o al menos hasta hace 5 años, que fui aceptando el hecho y lo superé con forme pasé tiempo y conocí con quien ahora comparto mi vida, con quien me acepta tal cual soy y lo único que me pide es que no cambie por él, que cambie por mi si así lo deseo, pero sobre todo porque mi deseo se convierta en ganas de ser mejor persona, pero que ello no implica que cambie, simplemente que evolucione.

No, no estoy diciendo que tú me hayas dicho que cambiara, pero había ocasiones en las cuales me preguntaba si eso era lo que debía de hacer, para que voltearas a verme, para que me vieras como algo más que una amiga, ahora es lo que deseo, deseo ser tu amiga, pero no puedo, aun hay algo del gran cariño que te tenía, aun me persigue el fantasma del "no pudo ser", es por eso que desde hace unos meses deje de ver qué pasaba por tu vida, deje de seguirte, considero que como eres, no lo ves como una gran perdida, sino como una acción más, muy posiblemente sea así, no me sorprendería que no me extrañes, pero yo debo de aceptar que sí te extraño, pero no deseo seguir lastimándome con mis pensamientos, no deseo lastimar a quien está a mi lado, por eso decidí dejarte atrás, no estoy molesta ni nada por el estilo, simplemente consideré que era hora de concluir con esa historia
Pero aun así te extraño y mucho...y sé que nunca verás este post, considero que en ocasiones eres demasiado orgulloso, y está bien, es así como la vida te a tratado, pero recuerda que también es importante tener presente de que no todas las personas somos iguales o al menos no siempre actuamos por los mismos motivos y/o fines.