♫♪Con el fuego por dentro y las hormonas presentes ♪♫
♪♫Por la ley de magneto se acercaron los cuerpos ♫♪
Sean bienvenidos a mi humilde morada, entren bajo su propia voluntad y dejen algo de la felicidad que llevan consigo mismos. ♫♪ Gracias amigo, cuyo esfuerzo presencio./Bienvenido seas del modo más serio./Yo soy Uyalala, la voz del silencio,/voz del Palacio del Profundo Misterio. ♫♪ |Ende, Michael, LA HISTORIA SIN FIN. Alfaguara, Barcelona 1979, pág. 108|
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