miércoles, 25 de agosto de 2010

Silencio.


La tarde cae sobre nuestras espaldas, las nubes abigarradas nos invitan a una lluvia copiosa.
La despedida es inminente, no podemos aplazarlo más...el tiempo que compartimos fue muy especial, pero te han otorgado una maravillosa oportunidad en el extranjero, una especialidad en tu área, la cual nunca podrás obtener al quedarte en el país.
Te has esforzado mucho hasta el día de hoy para poder lograrlo y seria muy egoísta al pedirte que no te marches, serán tres años, con visitas esporádicas en navidad, lo que nos impide continuar con nuestra relación de cinco años.
Me miras a los ojos y tratas de sonreír, pero te traicionan los ojos, los cuales están igual de tristes que mi alma.
'Regresare dentro de tres años, pero podemos seguir comunicados...la tecnología ha avanzado mucho y será como si...-titubeas- como si nunca me hubiese ido.'
Sale tu familia de la casa, me saludan y se dirigen al auto que los llevara al aeropuerto, no puedo evitar que mis ojos lloren y se escape un débil 'no te vallas'.
Me abrazas fuertemente y la lluvia nos cubre, me besas inesperadamente, al separarnos dices: 'Nunca te voy a olvidar, regresare por ti....lo juro'
Las palabras quedan en el aire...

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