Afortunadamente hoy me encontré en casa, atendiendo las necesidades de la casa y de mis padres, pero ello no me impidió rememorar los días pasados y las aventuras vividas en compañía de mi amado Kero.
El viaje lo comencé, desde mi perspectiva, en la parte en la cual le solicite el permiso a mi papá, ahí fue mi primer gran reto, superado ese contratiempo y conseguido el respectivo permiso, los preparativos fueron mucho más sencillos y más rápidos de realizar, la selección de ropa para llevar, los enceres personales y la carga de detalles necesarios para un mejor viaje no me llevaron más de una semana, pero los nervios estuvieron presentes hasta el último momento de subir al camión que me llevaría a mi destino.
La compañía fue de lo mejor, tomados de la mano nos dispusimos a recorrer el trayecto de seis horas para arribar a la capital del estado de Oaxaca, una vez que se llego a nuestro fin, el caminar hacia el hotel estuvo lleno de sorpresas y fotos tomadas con el celular por parte de una mano temblorosa que anhelaba ser tomada por el ser amado.
Después de desayunar en conocido restaurante, nos dirigimos a esperar el tranvía, el cual nos llevaría en su recorrido por diversos puntos de interés turístico e histórico por la capital, con el fondo musical de diversas chilenas y sones oaxaqueños, los cuales amenizaban las imágenes de vivos colores y los diversos olores que llegaban danzando hasta nuestras narices, las cuales seducidas por tan notables señoritas deseaban llevar la dirección los ojos para poder completar la escena.
Después de haber sido entrega las habitaciones respectivas en el hotel, nos dispusimos a descansar un poco, para después dirigir nuestros pies hacia donde nuestra nariz nos indicara y el estomago apoyara, degustamos unas tlacuyas con su respectivo tasajo y agua de horchata y piña, para empezar un pequeño tour por el zócalo de tan noble ciudad, visitando algunas tiendas y locales para la compra de los afamados 'souvenirs' y recuerditos obligatorios para los allegados y para uno mismo.
La lluvia no dejo un momento de paz en tan hermoso lugar, el sonido de las gotas golpear el suelo y las ventanas arrullaban mis sueños de paz y tranquilidad.
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