miércoles, 6 de octubre de 2010

Alma.

Tu silueta se distingue en el vidrio biselado de la puerta, respiro hondo y pienso que todo se verá mejor cuando hayamos hablado y aclarado la situación entre ambos.
Tome la perilla de la puerta y le di vuelta, al abrirla, no reconocí la imagen que ante mi se desarrollaba, no te encontrabas solo, 'ella' estaba contigo, tomados de la mano y besándose.
Al verme, se separan, 'ella' me sonríe tímidamente, yo le contesto con una gélida mirada, titubeante, se acerca y me extiende la mano, en forma de saludo y presentación, veo que sus labios se mueven, pero no escucho su voz, mi mente se nubla y solamente un deseo incontenible de rasguñarte el rostro, dejarte una marca, una cicatriz que te recuerde el frió dolor que me dejaste.
Mientras pienso en ello, tu voz me regresa a la realidad...
-Estefania, por favor no seas grosera con Verónica, ella...ella me ayudo mucho en mi carrera...-dijiste, como sajando el tema y determinando los términos en los cuales se realizaría la visita.
Ante lo cual maquile sacarlos a patadas de la unidad habitacional, pero debía de controlar mis impulsos, te sonreí y salí hacia el pasillo. y me recargo en la pared, si tú la defiendes y le das 'mi' lugar, lo único que me queda es no permitir entrar a la intimidad de mi casa.
-¡Hola Estefania! Soy Verónica Urrutía, la encargada del proyecto donde Pablo colaboró estos tres años, me hablo mucho de ti. -Cada una de sus palabras parecían ensayadas, su falsa sonrisa y su tono de voz me encendía cada vez más, el odio que sentía hacia ti es cada vez mayor.
-¿En verdad?... pensé que no tenia tiempo para socializar, pues dejo de enviarme mails y marcarme, pero por lo visto ese tiempo lo ocupo en otros intereses...-¡demonios! lo solté- pero bueno, es lógico que haya pasado algo así, pero no me lo tomes a mal...¿Verónica?, el asunto debemos de tratarlo él y yo, creo que tú vienes sobrando, al menos en este asunto...creo que el cerrar este capítulo de nuestras vidas, es de Pablo y mio, no veo el interés de que te encuentres aquí.
Sí, este es mi territorio y no voy a permitir que tú, 'ella' se meta en el, ya no hay nada que pelear, solamente delimitar acuerdos pacíficos para ambas partes, pero no es necesario la intervención de un tercero, aunque ese tercero haya intervenido desde antes. 
Tú te encontrabas tranquilo, mirándome, con aquella mirada que me desnuda el alma. Le tomaste la mano, te la llevaste a las escaleras y le dijiste que nos dejaras solos un momento, que te esperara en el automóvil.
Asistió y solamente me dedico un 'adiós' que respondía abriendo la puerta de mi departamento.
Entramos a la estancia, te sentaste donde antes tantas veces lo hacías y terminábamos en el suelo en una especie de lucha grecorromana, amándonos pacionalmente...pero ahora era totalmente diferente, venias con la firme intención te terminar algo que había terminado desde que el avión despego hace 3 años.

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